Tras el parto, lo más habitual es quedarse con algunos kilos de más, la tripa flácida e hinchada, la cadera más ancha... una serie de cambios que hace que la inmensa mayoría de las mujeres se sientan mal consigo mismas tras dar a la luz. La figura ha cambiado, pero esto tiene solución, solo tienes que ser paciente y constante.
Nuestro cuerpo ha sufrido muchas trasformaciones y antes de ponernos a trabajar la musculatura de nuestra tripa conviene recuperar los músculos que más perjudicados han quedado tras el parto: los del suelo pélvico, que han permitido empujar durante el parto.
Transcurridos los 6 meses ya puedes realizar abdominales. Dedícales de cinco a quince minutos al día, con una periodicidad de cuatro a cinco días a la semana (o días alternativos), basta para comprobar que el abdomen, poco a poco, se vuelve más firme y plano.
También es importante el reforzar los pectorales, ya que pecho es otra de las partes del cuerpo que más perjudicada sale tras un embarazo y un parto. Las mamas ganan volumen y pueden adquirir tamaños insospechados con la subida de la leche. Al final de la lactancia suelen quedar flácidos y caídos.
Combina los ejercicios de abdominales y pectorales, con los paseos con tú bebé y mantén una dieta sana y variada. No falla, recuperarás tú figura.