El juego.

A la hora de criar a nuestros hijos, debemos tener en cuenta sus etapas evolutivas. Antes de los 3 ó 4años, su cerebro no está lo bastante desarrollado para comprender muchas cosas, pero el nuestro si, por tanto es nuestra responsabilidad evitar las “rabietas” y las situaciones incómodas mediante el juego y la distracción. Nuestro niño no entiende que algo no se hace "porque lo digo yo", y tampoco entenderá por mucho que se lo expliquemos. Si no queremos que coja algo y lo rompa, debemos dejarlo fuera de su alcance y si a pesar de todo, lo coje, se le debe distraer con otra cosa que le interese o jugando con él. El niño no está probando dónde está el límite, ni quién tiene más fuerza ni mucho menos. Simplemente está explorando el mundo mediante el juego, que es la herramienta de aprendije perfecta para el momento evolutivo en el que nos encontramos y que le acompañará durante su crecimiento y desarrollo.

Esta etapa es la "etapa egocéntrica", ya que piensan que el mundo gira en torno a ellos. No tienen capacidad para empatizar, piensan que todo es suyo y a veces expresan rabia si no tienen lo que desean. Es una etapa perfectamente normal que forma parte de su proceso evolutivo. No comprenden que deben compartir y mucho menos que les riñamos por no hacerlo. Debemos tener cuidado de que no se haga daño ni lastime a otros niños y poco más. Paciencia. Con el tiempo y nuestro ejemplo irá aprendiendo las normas de convivencia.