viernes, 30 de diciembre de 2011

Vacunas: ¿Si o no?


LA IMPORTANCIA DE LAS VACUNAS.
En los últimos años se viene observando un aumento en la incidencia de enfermedades infantiles como el sarampión. Esto se debe en gran medida a que existe un movimiento en contra de las vacunas, basado en los posibles efectos adversos que estas pueden tener sobre los niños. Sin lugar a dudas, esto ocurre porque le hemos perdido el miedo a estas enfermedades.  Gracias a las vacunas, en los países desarrollados prácticamente no se dan casos de polio o de rubeola. Esto provoca que  no sepamos el alcance de la gravedad de las secuelas que estas enfermedades pueden provocar, ya que nunca lo hemos visto.
A continuación compararemos el riesgo de complicaciones de las vacunas con el de las enfermedades:
·         Vacuna triple vírica: protege contra sarampión, rubeola y paperas y en Galicia se administra a los 15 meses. Puede provocar encefalitis o reacción alérgica grave en 1 de cada millón de niños vacunados. No provoca ninguna muerte.
Padecer sarampión provoca:
§  Neumonía en 1 de cada 20 niños
§  Encefalitis en 1 de cada 200 niños
§  Muerte en 1 de cada 3000 niños
Padecer rubeola provoca:
§  En mujeres infectadas en el primer trimestre del embarazo, múltiples malformaciones en el feto.
Padecer paperas provoca:
§  Encefalitis en 1 de cada 300 niños
§  Puede provocar esterilidad, sobretodo en los varones si la contraen en la edad adulta.
·         Vacuna DTP: Protege contra difteria tétanos y tos ferina y  se administran en varias dosis a lo largo de la infancia, siendo la primera a los 2 meses (en Galicia.) Esta vacuna puede provocar convulsiones o shock con recuperación en 1 de cada 1750 niños vacunados y encefalopatía aguda en 1 de cada 10000 niños vacunados. Ninguna muerte.
Padecer difteria provoca:
§  Muerte en 1 de cada 20 niños
Padecer tétanos provoca:
§  Muerte en 3 de cada 100 niños
Padecer tos ferina en lactantes provoca:
§  Neumonía en 1 de cada 8 niños
§  Encefalopatía en 1 de cada 20 niños
§  Muerte en 1 de cada 200 niños
A la vista de estos datos, es obvio que las complicaciones de enfermar son mucho peores que las que podrían provocar las vacunas.
Cuando vacunemos a nuestros niños, debemos saber que no sólo le estamos protegiendo a él, sino también a otros niños que por desgracia no tienen acceso a las vacunas, ya que estamos contribuyendo a la inmunidad de grupo. También es importante resaltar que la única manera de erradicar las enfermedades del planeta es mediante la vacunación, ya que si todos estamos inmunizados, los microbios no pueden sobrevivir.
Mamás y Papás, ante la duda, vacunad a vuestros hijos. Es la mejor manera de protegerlos.